¿Qué me aporta la repostería?

A través de esta primer post mi idea es que me conozcáis un poco mas a través de una de mis pasiones y que descubráis cual va ser de alguna forma el lenguaje de este espacio. Por lo tanto, sin mas dilación os dejo con las primeras palabras de este blog relacionadas con la repostería y una sorpresa al final.

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Los sabores y texturas despiertan emociones y recuerdos que nos transportan a momento y lugares concretos. Cada creación es un viaje de descubrimiento personal, un momento de aislamientos del caos y de solo encontrar paz entre la mezcla de ingredientes.

Es un lugar seguro al que siempre puedo volver para desconectar y descubrir nuevos aspectos de mi misma. Y va muy de la mano con herramientas vitales como la paciencia, la dedicación y un toque de intuición.

Hablo de la repostería porque es algo que destaco entre mis gustos, pero sobre todo porque considero que cocinar en general nos aporta unos beneficios muy interesantes a nivel personal y que me gustaría compartir con vosotros por aquí hoy, ya que tiene muchos aspectos positivos que me ha aportado a mi y quizás os puede resultar de utilidad o de reflexión a vosotr@s.

La cocina como terapia se centra en la conexión entre el proceso de cocinar y el bienestar mental

Receta de Weikis

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En un recipiente grande, mezcla la harina con la sal y el azúcar. Si estás usando levadura fresca, envuélvela en la leche tibia; si es levadura seca, agrégala directamente a la mezcla de harina.

Agrega la leche con la levadura a la mezcla de harina y comienza a mezclar. Incorpora la mantequilla derretida y el huevo, y continúa amasando hasta que la masa esté suave y elástica. Esto puede llevar unos 10-15 minutos.

Agrega las pepitas de chocolate y amasa suavemente para distribuirlas uniformemente por toda la masa. Cubre el recipiente con un paño limpio y deja reposar la masa en un lugar cálido hasta que duplique su tamaño, aproximadamente 1 hora.

Una vez que la masa haya crecido, divídela en porciones del tamaño deseado para los bollos. Forma bollos con cada porción y colócalos en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino, dejando un poco de espacio entre ellos. Cubre los bollos con un paño limpio y déjalos reposar durante unos 20-30 minutos más.

Precalienta el horno a 180°C. Hornea los bollos en el horno precalentado durante unos 15-20 minutos o hasta que estén dorados. Una vez listos, retira los bollos del horno y déjalos enfriar antes de disfrutarlos.

Si queréis ver mas delicias como estas y escuchar algunas de mis reflexiones o herramientas que me han sido de utilidad podéis seguir atentos a próximos blogs y contenidos.

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